Investigación original
25 de enero de 2022
Matthew E. Oster, MD, MPH1,2,3; David K. Shay, MD, MPH1; John R. Su, MD, PhD, MPH1; y otrosJulianne Gee, MPH1; C. Buddy Creech, MD, MPH4; Dra. Karen R. Broder1; Dra. Kathryn Edwards4; Jonathan H. Soslow, MD, MSCI4; Dr. Jeffrey M. Dendy4; Elizabeth Schlaudecker, MD, MPH5; Dr. Sean M. Lang5; Dra. Elizabeth D. Barnett6; Dr. Frederick L. Ruberg6; Michael J. Smith, MD, MSCE7; M. Jay Campbell, MD, MHA7; Renato D. Lopes, MD, PhD, MHS7; Dr. Laurence S. Sperling1,2; Dra. Jane A. Baumblatt8; Deborah L. Thompson, MD, MSPH8; Paige L. Márquez, MSPH1; Penélope Strid, MPH1; Jared Woo, MPH1; Río Pugsley, PhD, MPH1; Sarah Reagan-Steiner, MD, MPH1; Frank DeStefano, MD, MPH1; Tom T. Shimabukuro, MD, MPH, MBA1
afiliaciones de autor Información del artículo
JAMA. 2022;327(4):331-340. doi:10.1001/jama.2021.24110
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